Un grupo de estudiantes franceses de Caen, Normandía, participa en el intercambio escolar que se lleva a cabo con el I.E.S. Pedro Jiménez Montoya de Baza. Acompañados por sus profesores, visitaron el martes día tres de octubre la localidad de Benamaurel en la que hicieron un recorrido desde el mirador de la Alhanda, con vistas a la hermosa vega de este pueblo, por el sendero de las Hafas.
En la Asociación Esperanza les explicaron la labor que allí se realiza y la importancia del trabajo para el colectivo que la integra. Nos desplazamos hasta la nave industrial donde se realizan las conservas y recibimos una explicación detallada del proceso de recogida de materia prima, envasado, etiquetado y empaquetado de los productos.
Desde el polígono industrial el grupo se desplazó hasta el barrio en el que se encuentran las instalaciones de la Asociación y prosiguieron las explicaciones de la labor asistencial y creativa que se desarrolla, con producción artesanal de diversos objetos que pueden ser un regalo idóneo y un obsequio en ceremonias familiares: preciosos tarros de cristal pintados, cajitas de madera, tapices, etc.
Nos dirigimos después hacia el Ayuntamiento donde el Alcalde de Benamaurel y la Concejala de Cultura nos recibieron con repostería local, una rica torta de aceite y zumos con los que reponer fuerzas para proseguir la visita. Tuvieron unas palabras cargadas de emotividad, pues los adultos sabemos bien la importancia de este tipo de actividades que fomentan la unión entre los pueblos, la ayuda mutua y la hospitalidad entre ciudadanos de países vecinos o de cualquier país, especialmente en tiempos que parecen cada vez más hostiles.
Agradecemos la amabilidad recibida y la cordialidad en el trato por parte de la corporación local y apreciamos que resalten con este grato recibimiento la importancia de los intercambios escolares y que colaboren en una tarea organizativa que requiere de toda la ayuda posible para recibir al grupo.
Los estudiantes, las familias, sus profesores, los equipos directivos de los centros son fundamentales para que todo salga bien. Pero la ayuda que recibimos en cada una de las visitas programadas es clave para el éxito de diez días de intercambio.
Por último, nos fuimos a ver otras dos fábricas: de encurtidos y de frutos secos.
Pudieron observar con todo detalle el proceso que se lleva a cabo en los encurtidos, empresa que está proporcionando numerosos puestos de trabajo en la localidad.
Y para finalizar, la degustación de frutos secos recién tostados y envasados, lo que hace que sean aún de mejor sabor. Con explicaciones también de los procesos de elaboración de los productos y de la variedad de los mismos, incluido el pistacho local, que ya está dando los primeros frutos, iniciativa novedosa, pues en esta zona se empieza con este cultivo.
Cuando preguntamos a los alumnos y alumnas qué es lo que más les ha gustado de este día en Benamaurel, nos responden sonrientes que el hermoso paisaje desde la Alhanda, las vistas a la extensa vega benamaurelense y la amabilidad con la que nos han acogido.
Gracias a todos por fomentar, animar y ser parte de nuestro proyecto educativo entre el Lycée Jean Rostand de Caen y el I.E.S. Pedro Jiménez Montoya. Todo lo que hagamos es poco, pues nuestros jóvenes se merecen experiencias de este tipo, que no son sólo lingüísticas y culturales sino que transmiten valores que más que nunca hay que cuidar como el respeto y la tolerancia entre los pueblos, la hospitalidad, la generosidad, compartir con los demás momentos y experiencias que nos hacen crecer, comprender y querer más al país que acoge. Saber también de lo bueno y lo malo que sucede en cada lugar, hablando con la gente, en tiempos en los que la prensa tanto calla. Y ver por nosotros mismos los cambios de unos años a otros, de una visita a otra con cada grupo, entre los que se encuentran hermanos que han venido en distintos años.
Y por último damos las gracias porque con estos gestos se hace posible que no perdamos las ganas de continuar creyendo que el esfuerzo merece la pena, actuar por las generaciones de jóvenes y construir un mundo más humano. Este es un buen modo de combatir la deshumanización y el egoísmo no sé si en auge, pero bastante alarmante, aunque esto no deja de ser una opinión personal, de una profesora que ve año tras año la evolución del alumnado y por consiguiente de la sociedad futura.
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